sábado, 24 de abril de 2010

Ring




-No quiero hablar.



-Peculiar forma de comenzar una llamada telefónica, quieres que te hable yo?



-....



-Bueno, emm, no se muy bien que contarte, en general el que llama es el que tiene todas las cosas por contar, no?. Qué he hecho... Operaron a la Gigi, igual me dio pena, pero ella no se dio ni cuenta, con utero o sin, sigue batiendo su cola igual de intenso. Ayer casi se come a una paloma. Mmm, quizás el asunto ese de la extracción la haya puesto un poco más agresiva. Espero que no porque tiene a los vecinos histéricos. Se manda a cambiar cuando quiere y si ahora de verdad se pusiera a morderlos en vez de solo asustarlos me vería en unos sanguruchos más o menos. Entre el tomate y la palta.



-...



-Mira, yo se que somos amigos, pero no se que más hacer. No me ha pasado nada fuera de lo común en las últimas semanas y francamente me da lata hablar contigo si ni siquiera se si me estas escuchando... Estás llorando? No quise sonar tan pesado, pero es que.. Uff, no se cómo decirte esto sin sonar como un putamadre, pero, no crees que es un poco demasiado?



- Demasiado?! Ah!?, me estas tomando el pelo!?



- Eso quisiera querida, pero ahora aparte de no hablar ni si quiera sales de tu casa, si es que estás si quiera ahí. A todo esto, de dónde me estás llamando? Jorge me dijo que habías faltado los últimos tres días. En tu pega te tienen harta paciencia, no deberías abusar de eso. De dónde me estás llamando?

-Desde un teléfono público.


-Por qué no me cuentas que te pasa?


-...Me siento perdida.


-Seguramente lo estás, te apuesto que ni si quiera sabes en que barrio estás metida.


-No me refiero a eso, aun que si. Si! no tengo ni la más remota idea de dónde estoy.


-Pero cuál es el problema con la gente!! Es que no entiendo, he visto tantas personas, con pasares muy buenos, acomodadas, entornos amigables y hundidas hasta el cuello. Cuál es la onda?


-No se, que se yo! Tu crees que me gusta esto?


-No se, francamente no se si puedo responderte eso, nuevamente sin sonar como el villano.


-Por qué será tan fácil hundirse?


-Así de fácil es salir también. Es cuestión de fuerza, o mejor dicho de fe, porque hay veces que ni fuerza se tiene, pero con la fe de recuperar lo perdido, esa estabilidad de cabro chico en la que nada te podía pasar? si tienes alta la fe de recuperar esa fuerza, empieza a llegar de a poquito.


-Osea que tu también has estado aquí?


-Pero qué crees, si soy humano! Tal vez es parte de nuestra desenvolvimiento individual. Pensemos que eres como una flor, y que hay veces en las que.. No, mejor pensamos que eres un arquitecto, claro, un arquitecto con problemas de memoria. Entonces, te pasan un plano, y tienes que construir un pueblito. Es todo muy simple y fácil, pero de repente, te confundes, y comienzas a dar vuelta el plano, lo miras por el revés, por este lado, y después te olvidas cual lado era el Norte y el oeste, porque aparte de tener mala memoria, más encima eres desordenado. Tiene que tener el pueblo listo para tal fecha, y que no sabe cómo leer el mapa y que no eres bueno para nada y ahí comienza tu historia.


-Ya pero, y qué pasa después?


-Bueno, eso depende del arquitecto. Puede reconocer que se perdió y preguntarle a un colega amigo, o descansar un poco y ver el plano otro día, o jugarsela, seguir su instinto y decir "debe ser así". O no hacer nada, y hundirse cada vez más en su miseria.


-...


-Oye, y qué onda? asaltaste el chanchito de pomaire de alguien? Llevamos como media hora hablando.


-ffm.. Gracias Claudio.


- De nada. Deberías darte una vuelta por mi casa, cuando quieras. Te lo digo en serio.


- Gracias.


- Y trata de ser un poco más cordial la próxima vez que me llames, hosquita, que no soy tu admirador desamparado como para andar aceptando esos tratos.


- Buenas noches.


-Oye y cómo te vas a...


Se corta la llamada telefónica. Marel estaba en un muelle. Hacía mucho frío, todo estaba húmedo de neblina y azul, azul de nubes alfombras reflejadas en el mar. Miró para ambos sentidos y se echó andar. El agua pulverizada le caía en la cara.

-Así quisera ser también, llovizna liviana, camino al hogar.