lunes, 28 de julio de 2008

Despedida



Camino lánguidamente por la arena mojada
mis pisadas se marcan
dejando una huella

Un niño se pregunta,
por que ese día salieron las nubes y no el sol
Extraviado en su mente siente el frio de su ausencia

Las plantas cubren tu cuerpo
crecen a tu alrededor
pierdes cada día centímetros de piel expuesta


¿Cuantos litros de sangre tienes?


El conocimiento interior
oculto bajo la sombra del pensamiento
Divago entre tus ojos,
mientras me quemo lento


Vi en ti la lluvia fresca
el olor de los árboles en la humedad
Desee que vieras mi desierto florido
lugar donde se anidan los secretos perdidos


Me caigo a pedazos.


Solo por eso puedo saber de que estoy formada.

viernes, 25 de julio de 2008

Cuando niña me contaron un cuento llamado deseo



Se ofrecen masajes, pezones erectos, palabras taladro


El cuerpo se olvida, se corta la comunicación
Después del desdoblamiento,
comienza el escurrimiento de la saliva.
Las mascotas baten sus colas, acondicionadas


Te sientas a esperar la llegada de otra boca
a tomar el sol
mas espera atenta,
no querrás perderte el silbido, divina señal.


A veces se sabe, otras, se prefiere la obscuridad
Se niegan a entender
Ceder al deseo es perder perspectiva, profundidad



lunes, 21 de julio de 2008

Irremediable encuentro con el fin


Buenas noches señorita Igby, pronuncio la anciana al cerrar la puerta. Sus pasos pausados retumbaron alejándose perdiéndose en el silencio. Una vez sola, La señorita Igby se dispuso a recorrer el cuarto tocando los objetos con sus manos. Un fuego dulce entibiaba el lugar. Estaba completamente maravillada por la textura gruesa de las cortinas color crema.Luego de dar una larga e minuciosa inspección al lugar, se recostó en la cama y se sumergió en la lectura.

La noche estaba fría, un viento helado recordaba a los habitantes de Schaffhausen que el verano ya se había ido y que tardaría mucho en regresar. Vuhs se encontraba solo por el momento. Su hermano Blint, se encontraba viajando en altamar cazando ballenas. Vuhs odiaba caminar sobre la nieve. Pequeños trozos se meterían entre los espacios de sus zapatos y le dificultarían el pisar seguro. de niño había sufrido de muchas quemaduras de hielo y odiaba perder el equilibrio terminando en el suelo.Con mas muerte que vida llego a su casa, en donde por alguna extraña razón las ventanas estaban abiertas." señora Klobelouch!" repitió varias veces Sin recibir respuesta alguna. un tanto molesto fue hacia las ventanas y las cerro una por una. Al hacerlo se distrajo un momento por las luces de los faroles que habían sido recién encendidas. Eran unos faroles nuevos, que hacía ver el vecindario como otro lugar, dándole un nueva perspectiva por su iluminación diferente.Solía dejar su chaqueta a la entrada de la casa, pero debido al masiva perdida de calor, y a pesar de los grandes esfuerzos de la chimenea en combustión, se dejo puesto su grueso y tieso abrigo y buscando una explicación comenzó a buscar a la ama de casas. " señora Klobelouch!" rezaba una y otra vez. La busco en la cocina, subió las escaleras, en el cuarto de aseo, en el pequeño y congelado jardín trasero, hasta se inmiscuyo a su cuarto cosa que jamás solía hacer pero no tuvo existo en encontrar si quiera un rastro de su aroma. una vez en el cuarto, olvidado de su enojo y un tanto frustrado, se dio cuenta que esa era la primera vez que estaba en ese cuarto desde que la señora Klobelouch había comenzado a ser su ama de casa. Previo a ese uso, ese cuarto contenía solo una gran cama y constituía el escenario de descarnadas historias amorosas que compartía con sus amantes, prostitutas las que solo le trajeron desdichas y una historia publicada en un diario amarillista. Luego del gran suceso clausuro de su vida esas actividades y decidió cambiar el destino de ese cuarto por una mujer que le cuidara de veras, desde su cuerpo hasta sus intereses e imagen pública. La pieza llena de imágenes religiosas, un armario y velador no lograron distraerlo del único elemento que no difería del pasado de ese cuarto; la gran cama. Se sentó e un costado y cayó en cuenta de que justamente hace 4 años que se había vuelto abstemio. Ya no había en su paladar el sabor de las mulatas cuya piel dura como el cuero curtido le salaban la saliva, ni el sabor floral de los rulos pelirojos de sus amantes. Deseo tanto a una mujer que sintió perder la cordura. Se repetía a sí mismo, soy un hombre noble, de nobles causas y noble corazón, la clave está en el auto control. Inhalaba y pensaba autocontrol exhalaba y se repetía a si mismo auto control. Sin embargo la prolongada ausencia de su hermano quien con sus conversaciones amenas y noviecita primaveral distraían su mente y entretenían sus ojos, y la nieve odiosa que no parecía derretirse nunca lo hastiaron de pronto y conscientemente decidió perder su autocontrol.Salió de la pieza erizado, todavía con la misión de buscar a la señora Klobelouch, pero las razones que lo motivaban eran bastante diferentes a las de su primera empresa.

La señorita Igby totalmente absorta en su lectura pasaba las páginas de su libro acariciándolas como tocando mantequilla se deslizaba por las palabras audaz y no se dio cuenta del fuerte sonido punzante que invadía su concentración. Al oírlo, se detuvo para descubrir cuál era su fuente. Qué extraño, pensó, es como si alguien estuviese martillando. trato se proseguir en su lectura, pero pensó en que como era posible que alguien estuviese martillando. Con ese frio, a estas horas. Aguzo la mirada y volvió a revisar todos los objetos del cuarto y trato de recordar los otros antes de ingresar a la pieza tratando de buscar alguna razón para ese sonido dentro de la lógica. Sintió un poco de miedo y un poco de curiosidad también, pero definitivamente no estaba dispuesta a descubrir la fuente del sonido por si misma poniendo en peligro su integridad y como un niño que olvida a su madre, volvió a concentrarse por completo en su lectura.

Caballero, lamento tanto haberme ausentado de esa forma, es que no sabe Ud. lo que sucedió. El barco se adelanto y la señorita... y antes de que pudiera terminar su frase, Vuhs había vuelto a decidir que esa noche volvería a penetrar el paraíso del infierno. El brillo de sus ojos oculto por la ausencia de luz asustaron a la señora Klobelouch cuando este avanzo hacia ella con paso ya no inseguros por pisar, por pasos que no le importaban si resbalaban. Cuando este se le acerco para morder con fiereza su cuello, por un momento pensó en tal vez un fraternal abrazo de agradecimiento sincero como el que nunca había recibido por 4 años de duros esfuerzos enceguecedores, y esbozo una sonrisa que se confundieron con las lagrimas que nublaron su visión. Su voz aguda no hacía más que empeorar su delicada y funesta situación. Se escabullía tanto como un pez fuera del mar que Vohs quiso atraparla con anzuelos e inmovilizarla como había visto a Blint hacer con sus pescados clavados en el dintel para sacarle los tan codiciados intestinos.Pensó en el interior de la señora Klobelouch y quiso besar sus órganos tiernamente por haberle dado la vida para haberle servido tan fielmente. Su deseo despiadado por su carne se volvió en un grácil y sutil deseo de agradecimiento por la pequeña viejecilla que el horneaba panecillos dulces y le daba trozos de pavo relleno dorado. No fue hasta ese momento en que su ira disminuyo para que se diera cuenta de su patética situación.El no quería matarla, pero el terror ya había comenzado y no había vuelta atrás. Ahora ni si quiera lo hacía por placer, era para proteger su imagen reconstruida por el esfuerzo suyo y el de esa señora de labios marchitos y piel corrugada.Agarro los clavos y comenzó a martillar.

La señorita Igby cerró su libro, y apago la luz del velador. Creyó sentir todavía a lo lejos el sonido de frecuencia regular de martillazos, pero el sueño había invadido a su mente y cerro plácidamente sus ojos.

viernes, 18 de julio de 2008

Fijacion anal


Me aguanto, más y más, hasta el límite.
Tu información desparramada, accesible en cada momento
recompensan cada segundo de espera
aumentan el placer.

Lo que tú tienes es una fijación anal.
Succión del pecho materno
deriva su satisfacción de los movimientos internos


Caen en sus redes

Triángulo amoroso en que se encuentra encerrado

Indudablemente pensé en ti ese día
una a una las estrellas cayeron
vi tus labios en la ventana helada
dibujados por mis dedos

++++++++++

Me has vuelto, una adicta a la espera

viernes, 11 de julio de 2008

Oro virtual


Apuestas inciertas se esparcen sobre nuestro plano
liquidas gotas de oro deparramadas sobre la mesa
giran solitarias para la luna ajena
El tan codiciado oro, pierde su valor en el desierto.

Quisiera a grandes zancadas llegar hasta tu lugar
oculto bajo el velo del hielo
helado muro de concreto
impenetrable
Inorgánico secreto

Cuéntame tu historia
Hombre de humo y reflejos
quiero escuchar el mar poniendo mi oído contra tu pecho


Sin distracciones
Sin el sonido de los metales


No hay nada mas triste que las imágenes virtuales.

La tinaja perdida



Escena 1

Hombre desnudo de dudosa edad, se encuentra situado a un costado de un salón principal. A pesar de ser un hogar adinerado amoblado acorde a la situación los personajes se encuentran rodeados en una atmósfera de pobreza. Luz tenue.
El hombre deambula con la mirada por el lugar. Su rostro es inexpresivo. Caminando despacio entra Marta, el rostro del hombre cambia súbitamente, reflejando enojo.


Hombre: Marta! Donde esta mi tinaja?
Marta: ( con voz suave) No lo se, has buscado bajo tu cama?
Hombre: Por supuesto que no, como se te ocurre que yo voy a estar hincándome como un perro buscado bajo las camas? para eso te tengo a ti, ahora contéstame, donde esta mi tinaja?
Marta: No lo se, has buscado dentro de mi boca? tal vez si entraras mas seguido a tu casa sabrías donde esta tu tinaja, espacio abierto de mis dolencias. Hermosamente cóncava para contenerlo todo.
Hombre: Tu nunca has contenido algo, estas mas vacía que tus pensamientos. Te lo pregunto por ultima vez donde esta mi tinaja?
Marta: Y para que la quieres?
Hombre: Lo que guarde yo en tus manos, no es de tu incumbencia.
Marta: (se acerca al publico, habla dirigiéndose al pasado) Amo las estrellas brillantes que relucen tus ojos pardos y al sol omnipotente que agranda tu sombra. (Se vuelve nuevamente hacia el hombre) Tus manos son tan calidas, mas tus palabras llenas de torpeza hacen crecer la hiedra más fuerte. Tu aliento hiede de amargor, amargor por la vida. No se cuando fue el día en que me deje engañar por el verde de tus ojos, de tu honor. Ahora no me queda más que aceptar mi condena y beber tu veneno. Soy culpable de haber nadado en aguas poco profundas y haberlo disfrutado.
Hombre: Suena un pitazo, debe ser la llegada del tren. Rézales a tus santos, quiero mi tinaja y la quiero pronto. Si no la encuentras, ya veras lo que hago contigo. (Sale de la escena recobrando la inexpresividad en su rostro. Marta se sienta en el centro de la sala, las luces comienzan a apagarse.)
Marta: (gira sus mano derecha como dibujando circunferencias en la arena. Solloza hasta quedar cubierta en la obscuridad disminuyendo cada vez el volumen de su voz.) Culpable, culpable, culpable culpable...

sábado, 5 de julio de 2008

Momento


Tus palabras cayeron sobre mis hombros desnudos, y la pieza comenzó a girar.

Las sabanas de un dulce satín se deshacían en un rió de agua.
Cortinas livianas nos ocultaban de la claridad.

Lo supe, desde el primer momento en que te vi.

martes, 1 de julio de 2008

Escupitajo de señoritas con final feliz



Infalible modo de perder el tiempo
Abrir la puerta y dejar entrar al diablo
Unas tras otras las ovejas sigues obediente el sendero
Adoran el calor abrazante de sus piernas y para que hablar de sus pies

Meteoros gigantes orbitan en mi encéfalo
indispuesto de las ofensas
las miradas, las miradas!
Que se frían los ojos
y los deseos también
guardaremos desde hoy las sutilezas en el basurero
y llevaremos en nuestros bolsillos superiores
la daga punzante de la verdad
Presiento necesario el drenaje de la sangre
de todos los habitantes de esta ciudad

Quisiera destruir a la velocidad de la luz
todos aquellos cuyas bocas cuelgan de sus rostros

Desmayos inoportunos de mi voluntad
Conduce a la errada interpretación
Que el cielo es azul, que el cereal es sano
Y tal vez que otra cosas más.
A los lejos, se oye el quejido del amor
Lamentos de una anciana buscando un poco de atención
Todos poseemos el desagrado de mirar
Apelar a unicidad es estreches mental.

Me pudro, mas con calma y en paz.