Arroyos arremolinados se disolvían en nuestros cabellos
es tan extraño
el brotar de las penas
como un gran océano oculto tras los ojos,
tempestuoso
el aire ingresa a mi cuerpo descendiendo grandes riscos
choca contra el abismo
y se pierde entre ecos
Los caminos,
cómo nos gustaba hablar de caminos
y ahora que los silencios se prolongan aparte
tus imágenes me persiguen sin saberlo
el sonido de tu risa espontánea,
los plieguen que cerca de tus ojos se formaban
y es un lenguaje muerto
el desfile de recuerdos
espacio en el que nuestro amor
escogió seguir viviendo
Me tiendo sobre mi cama y pienso en retrospectiva
el tiempo que viscoso se pega a mis pensamientos
las horas que dilatan
el cese de los sentimientos
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1 comentario:
pues sí, nada que decir... siguen siendo tus textos ese mullido rifle cargado: hermoso, peligroso, tierno, duro. Sí, Siempre admirado de tu talento, y aplaudiendolo...
Gracias por tu comentario. Y gracias por impulsar el renacer de mi escritura y el blog y lo bien que me hace contar historias.
seguiré la misma huella de nubes a ver qué encuentro más allá del fin de cada relato.
saludos!
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