En cualquier momento

Amanece
y es la propia voz la que decide.

La mente es la loca de patio
la que mantenemos en turnos eternos
de corredores mal iluminados y vasos plásticos con café instantáneo


Concretar mediante los pensamientos
hábito tras hábito,
la duda nace de la permanencia en el sufrimiento
y todos replican que ya saben
que qué se le va a hacer.
Como plastas de concreto
que con potencia irrumpen para otorgar más peso
en cosa de segundos
en cosa de años
y nos vamos comiendo todo
el colado,
la papa frita,
con la boca abierta para que entre la bebida de fantasía.

Dejando atrás las encuestas
lo que se considera la política más correcta
surge la voz olvidada
Amanece