Ese paradero siempre fue infernal. Justo en la esquina para doblar había un semáforo eterno que en la hora de alta concurrencia hacia los pasajeros poner a prueba su paciencia.
La micro varada por perpetuos minutos, la hacían siempre observar los negocios de enfrente. Había una lavandería, donde los trajes bailaban un pequeño vals liviano, un restaurante fusión de comida alemana y china con paredes extremadamente fucsia como con comida de carácter extremadamente china. Por el lado izquierdo había un paso bajo nivel, y siempre le fue un desagrado observar para abajo, cuando sin querer tomaba algún asiento de la corrida de ese lado. Los autos cada vez mas lejos y abajo le inspiraban desconfianza.
Los pasajeros histéricos, valorando sus minutos expandían olas de ansiedad, por lo cual, para el momento en que ella ya habia observado todo eso, el conductor siempre terminaba cediendo, abriendo las puertas de salida. Muchos pasajeros se decían, un semáforo mas y me bajo. Algunos se rendían; otros permanecían, esperanzados de que la micro partiera y les dejara el semáforo en rojo a los apresurados. Generalmente ella bajaba tambien, para alcanzar a tomar su trasbordo, pero ese día, de nubosidad parcial y situada en la corrida del oeste, decidió mirar un poco más, detenerse un momento. Que más da se dijo, y espero calmada a la llegada al paradero terminal. Cuando la micro comenzó a dársela vuelta, quedo atrapada por un segundo semáforo obstruyendo la calle contigua, desencadenando una tormenta de bocinas.
Todo le pareció un poco exagerado, caótico demás. La micro, hace unos cuantos minutos repleta solo llevaba a tres pasajeros. Uno, muy concentrado en un sudoku, parecía no percatarse de nada, menos de que en el casillero de la segunda fila la cifra era un tres y no un seis.
Miro las luces con su cabeza apoyada en sus brazos cruzados, posados contra el asiento anterior . Observo la iglesia, y a las personas caminar. Luego sin quererlo se quedo absorta en su reflejo. Sintió que no se veía la cara en siglos. Una sonrisa la sorprendió en su boca y una lágrima le rodó por la emoción.
-Bienvenida al mundo, Esperanza.
Acababa de tomarme, el peso en su vientre.
4 comentarios:
guau , cada dia mejoran los cuentos , que vendra mañana?
Al parecer hay pasta, debes ser menos impulsiva a la hora de escribir, o revisar las ideas antes de publicarlas...
...pero hay ESPERANZA!!!
Salu2
D/M
kisa deveria leer todo antes de emitir jucio
ahora creo que no
y kisa porque los 2 primeros eran de la cabeza al teclado y este esta como mas estructurado
que shoro leer la esperanza
didactico (que significa eso?)
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