jueves, 26 de junio de 2008

Oda al Hierro Dulce

Me gustaría llegar a tu centro
viajar a tu lado descubriendo tus verdades
Sentir el latir de los latidos
y beber de la sangre azul
Ocultarme de los residuos
Quemarme los ojos de la luz

Chocan suavemente las partes expuestas
el sonido se expande en un eco agudo
con mis dientes mordería, una y otra vez
el núcleo macizo de sólida existencia

En un espacio vacio, rodeado de silencio
te prejuzgan frialdad
uniendo lo separado, generando el flujo
de amabilidad
Cables conectados
sin ser consientes de su pasar
vierte en mi tu dulzura
hazme conocedora de la electricidad

Todo se fracciona

Mi cuerpo se disuelve
Disgrego mis pensamientos
cae lo macro mas los sistemas prevalecen,
se distancias las paredes
se desmiembran las relaciones
aumenta la incomunicación externa
el tono esta ocupado
el pulso pierde su direccion
Surgen ansiedades
los nuevos guias espirituales


Hierro dulce de metal
intégrame a la realidad



3 comentarios:

Anónimo dijo...

El hierro, por antonomasia, icono de mi perspectiva sobre el amor moderno.
y vuelvo a insistir, oxidado es mucho más estimulante.

No hay nada más triste que las palabras que nacen olvidadas.

Efe Animaciones dijo...

digo no, pero creo que pierdo

mucho no

Efe Animaciones dijo...

lo lei de nueo y ahora pienso que sí

no se que interpretar...

no me gustan las odas jaja