sábado, 9 de mayo de 2009

Victoria sobre el ego


[Pulsar play]

El espacio es basto,
se extiende para contener todo tipo de paisajes
árido, infinitamente silencioso entre la compañía de rocas ancestrales
con vista al mar y su brisa salina
nos sentamos a descansar sobre la arena
y el clima que cambia y vuela
Trayendo rayos de sol o tormentas

Los bosques se ofrecen con las bocas abiertas
a la entrada del amigo
Cobija y destruye
en el acto de amor más difícil de comprender
El fino equilibrio,
de te esperas y ahora te toca
del bien común que nos alimenta a todas


Es un espacio interminable,
que sin embargo solo se contiene a si mismo
como el espacio entre los números reales,
los infinitos más grandes y los más chicos.

A mi me gusta descansar en la cercanías del agua
donde los pájaros van a dormir y siento que en esa calma
sorbos de sus sueños como gotas de lluvia dulce
Me acerco a su lado y no teme ni huye
Descalzo el ser alado
se entrega a las fauces de la tierra posado en el árbol
como si no existiera el tiempo
como si fuera su dueño.
Y es tal la libertad,

expuesta, tangible

me acerco un poco más para acariciarla
mas mis manos no alcanzan
no retengo con la carne lo que no existe como objeto


Hay voces que nunca se callan,
y autos que tocan sus bocinas sin necesidad
El bullicio de la ciudad en movimiento,
que trastoca mentes,
intoxica corazones
es solo cosa de no detenerse
volver a los pasos del alado que duerme
volando en sus sueños

entre recodos del silencio y cantos que brotan serenos desde adentro



2 comentarios:

Frida dijo...

-Y el pintor es Chileno!
Palabra del Kuhen orgullosa de lo que nace en la angostura.

Unknown dijo...

Es como una espiral marina...el mar es lo más primigenio de todo el espacio, me recuerda a The End of Evangelion, cuando luego de la destrucción quedan los protagonistas en medio de un pedazo de hielo o tierra rodeado de mar, del caldo hirviente del cual surgieron las primeras manifestaciones vitales. Y del bosque cercano a la playa, como en El Canelo, y su bosque de pinos, la playa escondida, y el ave que sólo aparece cada mil años, un loro de siete lenguas quizás, luminoso e incandescente; en fin, bello poema.