martes, 30 de diciembre de 2008

Entre las manos



"Entre las manos te llevo, oculto.
Disfrazado de palma, dedos y uñas..."

Se detuvo de pronto y se olió las manos, en ellas todavía quedaba un poco de su olor. Olor a cansancio, de viajes interminables y peso sobre los hombros. De sol que alumbra desde lo alto y tierra seca. Era el olor de un hombre, su hombre.

Su sexo todavía húmedo la hacia sentir bien, la mantenía en una especie de gozo interior. Al comienzo, solo olía la punta de sus dedos, de manera tímida, como una niña que juega a adivinar. Cerró los ojos para concentrarse mejor y un intenso deseo de estar impregnada de esa fragancia la hizo adentrarse en su palma, hasta quedar con su rostro, cubierto por completo. Era como si de pronto ya no fuera su mano, si no que la mano de él, quien se desviaba de sus atareados días para tocarla. Extendida, acariciaba su frente firmemente con las yemas , para luego, comenzar a descender lentamente, apreciando el montículo de su nariz finalizando en sus labios. Sus jugosos labios, que se entreabrían de manera delicada e inconsciente, respirando entrecortado, como si escaseara el aire. Con su dedo anular circundó el borde interno de su boca, mojándolo de saliva. Deslizo su dedo índice por el fino borde y se mordió tierna pero profundamente a la altura del nudillo. Retiro su boca y se quedó así, suspendida por un momento.

Abrió los ojos como si se hubiese quedado profundamente dormida, sintiéndose un poco desorientada. Miro a su alrededor y se alegró de saber que nadie la miraba. Hacía un día esplendoroso, un sol brillante y un viento que refrescaba y hacía brillar aún más, la bella ciudad. Tomo sus lentes de sol y se cubrió los ojos. Llevaba sexo en su mirada y no quería tentar a ningún porteño más que al suyo. Al de olor de sal y de bosques sureños. A Tiuque que planea solitario entre sueños.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Sobre el diván


"Voces dedicadas pero lejanas
de sonidos estereos y
tu forma apresurada, un poco
entrecortada de hablar..."


El otro día pensaba en lo que la gente suele decir, al rememorar los días pasados, cuando cuentan los inicios de sus relaciones con sus parejas o cuando están pasando por un mal momento. "Ah, aquellos tiempos", me decía una amiga. “Es que al principio todo es la raja, nos veíamos todos los días babeando el uno por el otro. No sé cuando cambian las cosas, cuando uno se acostumbra y se deja de sorprender. Claudio me traía siempre un chocolate nose un dulce, un frugele. Y cuanto vale un frugele cachay? con cueva 10 pesos, pero siempre ahí, con una sonrisa entre sus manos. Y ahora no me importa, todos dirían ya pero si llevan 2 años, que tanto, esas cosas pasan a un segundo plano y a mi tampoco me importa, no me importa cachay?”.

Estaba asustada, Qué estoy haciendo? me pregunté, emocionándome, aferrándome del aire, de la fragancia de las flores, riéndome sola. Despertando con una sonrisa, literalmente con una sonrisa, y hace cuanto que no me pasa eso?. Es como el síndrome de estar mal por todo, de estar mal por estar mal y de estar mal por estar bien, sintiendo culpa por estar así y no de la otra forma, del lado de los que dan lastima. Como si fuese un deber moral, estar más mal que el resto, para que ellos no se sientan desdichados viendo el brillo a su alrededor, careciendo de él.

Lo estoy haciendo bien? así se hace? no se, es que es mi primera vez, nunca pensé terminar en un lugar como este. A esta edad... Me da como risa, y un poco de vergüenza también, me pongo a pensar, qué diría mi papá. En fin, en qué estaba? ah, claro que me sentí asustada, o sea, me di cuenta de que estaba asustada, mientras regaba. Es chistoso como surgen estas cosas, el darse cuenta.
Es como si no hablara con nadie en siglos, por dios!, creo que podría terminar hablando hasta del abono de las flores. Lo siento, me enfocaré a lo que vine. Emm, claro, el susto, por que, que se yo, el peligro, el salir herido. Pero sabes que, me di cuenta, que al final es el miedo a ser feliz. La estupidez… o al menos eso es lo que creo, o alguna emoción o temor que todavía no conozco, que no sé catalogar pero análogo al miedo de la culpa. Así que en eso estoy. Me dije Ana María este puede ser tu comienzo, no lo analices tanto, disfrútalo. O no? Yo creo, es que, por qué el temor a disfrutar de algo cuando se puede?

Se produjo un profundo silencio en la sala. Ana maría tenía una expresión confusa en su rostro. Estaba sentada en una silla cómoda con las manos abiertas. Pensativa, miraba hacía arriba y a su alrededor, como esperando alguna respuesta divina de alguna parte. De vez en cuando mirando de reojo al hombre que estaba sentado en frente de ella, quien se había reservado de hablar durante su largo monólogo. Usaba una camisa verde petróleo y una melena cana. Se llamaba Esteban pero tenía cara Agustín. Se quedó así, mudo, por unos segundos más. Anotó algo en una ficha y la miró sin usar sus lentes, bajando su cabeza, mirando por sobre ellos.

Ahora quiero que me digas algo. Nesesito una confirmación. Ya lo dije todo, me desahogue como dices tu que necesito hacer, me gustaría oír tu opinión o como quiera que se llamé lo que dices. La firme. Bien? o peligrosamente cruzando la raya?


Del otro lado de la ciudad alguien quien no tenía cara de Agustín pero que se llamaba así, salía a regar tras un día caluroso. Le dolía la espalda y respiraba pesado. Abrío la llave y decidío partir por el pasto. Siempre por su trabajo no lograba tomarse el tiempo para regar de manera abundante, otorgandole a su jardín, el puesto poco honroso del patio más feo de la cuadra, pero este año había decidio destronar a sus vecinos, aun que eso significara menos horas de sueño y gastos extra en jardineros. Todo el asunto se había vuelto una rencilla personal y se enfrentaba a su cansancio con extrema paciencia, agachandose de vez en cuando para asegurar un buen riego y para descansar su hostigado cuerpo. Se metío sus audífonos nuevos adquiridos en su cumpleaños, cortesía de José y se puso a escuchar jazz. Miro desinteresadamente el cielo y empezo a esbozar un movimiento de cabeza-pie al ritmo de la batería suave. Levanto la manguera para regar las calas. Ese día se dio cuenta de que era gay.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Entre líneas


Palabras que rebotan unas con otras.

Leerte en pasado, tratar de recordar que hacía yo mientras te pasaban esas cosas.
Hay tantos espacios, líneas que se cruzan, como el momento en que te acercas a alguien, un poco más de lo normal, para cruzar por el pasillo de la micro o para pedir con cara simpaticona un cigarro de regalo. Fracciones de segundos en que se cruzan las vidas. Nunca más los volveré a ver, y eso quizás me deja con una sensación extraña. Hay tantas personas que no conozco, que me faltan por conocer, pero no para obtener algún beneficio, si no por la mera curiosidad de saber, diferentes personalidades, formas de ver.

Es como si fuera el final del día, cuando el calor desesperante comienza a retirarse y disfruto de las cortinas que se mueven con el viento de la tarde. Es como caminar un millón de días y detenerse a mirar atrás. Como un simple observador, objetivo, que contempla las palabras utilizadas, los gestos escogidos. Será que se nos viene encima el año nuevo y mi cabeza comienza a reflexionar, a pesar lo ganado y a doler lo perdido.

Camino con la vista sobre los objetos de los estantes, repletos, desbordantes de información. Se posan inertes, con un peso producido por la gravedad que los oprime hacia donde están. Y cómo me sitúo yo? Flotando entre notas melódicas como en una nube de algodón. Y mi peso? que a veces pareciera escapar de las leyes, vivir en un mundo paralelo.

A que sabe la verdad? Me gustaría descubrirlo. Como un racimo de uvas verdes, abriendo la boca, introduciendola lentamente.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Sentados imaginando.


Quisiera escribir palabras como silencio, dedicarme simplemente a escribir silencio, por las paredes, por mis pensamientos. Como eso que hablamos, de fumarse un cigarro mientras se espera. No es lo mismo estar esperando a alguien sin hacer nada, que estar esperando fumando un cigarro, rellenando espacios muertos o vacíos, con humo. y hablando de espacios muertos, que rara es esa expresión. Un espacio que es muerto, que está muerto. La muerte de un espacio.
Me pregunto si el silencio será de un color invisible.
Me siento en una silla pero cuando cierro los ojos es como si estuviera en otro lugar, como dentro de una lámpara de lava. Pero es extraño por que no me mojo, ni siento calor.

-Señora! si quiere se sienta acá.

Quería seguir escribiéndote eternamente, de hecho ahora que te envié el mensaje, es como si siguiera escribiéndote, pero en mi mente claro. Es como una catarata desbordante de palabras que me brotan, podría estar haciendo cálculos aritméticos y seguir escribiéndote, a través de números, que se suman y desaparecen.
Los números son símbolos menjunje, son men-jun-jables. Se fusionan bien fácil en realidad, como si fuera su destino, estar siempre trasmutando, cambiando de figura y forma, solo por que se encuentran con otro. Es tal vez la reacción social por excelencia, si es que pensáramos en números como entidades. El receptor-emisor que se topa con otro y termina cambiando totalmente. Es como lo que dice Maturana un poco, sobre la deriva natural y que en realidad todo es simplemente un devenir de pequeños cambios, pero es todo un presente infinito. Me pregunto si me entenderás? El habla de que alguien nunca es igual, por que ya nunca estará en las mismas circunstancias y el cuerpo, en realidad, la forma de vida es un sistema del cual entran y salen cosas, de manera dinámica, entonces cuando entra un nuevo mensaje ya nada vuelve a ser como antes. Y eso ocurre con los números cuando se topan. Reaccionan. Aun que bueno, 3 es 3 aun que sea 5-2 ó 33/11. mmm, quizás acabo de romper una burbujita que estaba alrededor mío y me mojé un poco la cara, pero de forma alegre, como despertar de un sueño riendo. Una vez desperté de un sueño cantando...
Y así es como te hablopo, mientras camino por las calles, no se por que pensaré tanto como si le estuviera hablando a las personas, por que será. Y nunca se enteran que les estuve hablando. Es muy cuatico eso, aun que mi primo el Nico también me dijo que hablaba solo. Es como una costumbre.

Pensaba, con su brazo colgando de un pasamos, mientras el señor que estaba cerca la miraba pensando, que cosas pensaran las personas, ja, si puediera oír ahora todos los pensamientos. Sería como abrir una caja de sorpresas que estaba cerrada a presión. Hombre muere ahogado, o aplastado, luego de ser rodeado de pensamientos. Serían como una especie de onda asesina, la vibración de todos los pensamientos en mi cabeza. Como morir de sordera. Pero quizás sería tanto ruido que solo se oiría un zumbido, como pasa con las ciudades. Como si todos los sonidos que ocurren fueran los pensamientos de las ciudades y de lejos solo se oyera como un zumbido.
Mañana. aay mañana. Pero igual estoy bien, compro los papeles, me los firman y estoy listo. No si.. voy a estar bien. Que bueno esta ese reloj. Yo debería tener un reloj así. ch, como estaría, campeón. Que estará haciendo la Lucia. Durmiendo, yo creo que durmiendo es más buena pa´ dormir. La wea. Durmiendo, estará metida en la cama o encima?. Como dormirá esa mina, en pelota así jajaja. Me tinca que puras cosas de algodón, pero tiene que tener algo suave guardado por ahí.

-Oye! La puerta!. Abre la puerta po!

Y más encima me choca este weon imbécil. Que estoy de mono pintado. Típico gil que anda caminando sin mirar por donde, ojalá que te atropellen, por idiota. Aaaah, estoy chato. Quiero puro llegar, y esta mierda que no se apura. Que onda, loco. La wea lenta, lo único que falta es que se quede en pana. Más encima se me tenía que quedar el bolso en los casilleros. Por último, por último estar escuchando música, y más encima tener que pedir perdón, no es que es demasiado. Y justo se me tenía que quedar la cagada de mochila cuando me llevaba su libro. Es que no podría haber sido otro día. No po si, si hubiese sido otro día no sería mi vidapo, si todo me tiene que pasar a mi. Que día más chato. Ni si quiera tuve tiempo de abrir el libro. Aaaa que voy a decir, que le voy a decir. Estoy cagao. Cagué. Me dijo, más encima me dijo. Es que no podría haber sido otro día. Justo, justo cuando viene, yo me lo tenía que llevar. Es que soy muy tonto.
Podría mentirle, pero tendría que ser descarado igual, onda decirle, decirle que.. mmm que entraron a robar a la casa, que tengo un amigo que esta robando. Que el libro desapareció y parece que un amigo de los míos se puso medio ladrón. Me va a preguntar quien, después no me va a dejar llevar gente, pero. No se, no se que es peor. Por que mejor en esto no hay nada, ninguna salida, puras entradas pencas.

Igual la hago, cara de preocupación, no si voy a hablar con el, voy a ir a su casa piola pa´ver si esta el libro, o quizás lo vendió por droga, jajaja el medio cuento. Me la comprara o no, igual la hago, no, si la hago. Ya se viene. Amén no más po, amén.


-Y el de allá, que está pensando? le preguntó apuntando con su dedo delgado, mientras jugaban a conocer el mundo.
-Ese, el alto? Ese esta preocupado de la economía. Esta pensando algo como...

domingo, 14 de diciembre de 2008

La sesión de baile


Elena amaba la droga. No la consumía ávidamente por que uno no come torta todo el día solo por que le gusta, pero cuando lo hacía reventaba de felicidad. Cuando se drogaba organizaba el mundo en fractales, desordenaba el alfabeto y le daban unas locas ganas de comer cosas que tuvieran forma de animal. Por ese motivo, siempre compraba un par de bolsitas de galletas Museo, y se entretenía introduciendo en su boca, por ejemplo, un hipopótamo regordete que le sonreía con una flor en el corazón. Ponía música bailable, pero no de esa que se baila con el cuerpo, si no que esa que lleva a lugares lejanos, por la autopista más veloz del planeta tierra. Algunas veces, cuando se sentía un poco sola, guardaba parte del museo, y lo situaba a su alrededor o en repisas, y proseguía bailando, soltando cada parte de su cuerpo. Era como la continuidad de la vida, repetir el ciclo infinitas veces. A veces es mejor viajar acompañada explicaba, cuando su madre la pillaba rodeada de galletas.

martes, 9 de diciembre de 2008

Baño nocturno




"Es difícil tomar las aventuras como
tales y no aventurarse en ellas, en
la obscuridad de la noche, en la
neblina del pensamiento"


Me siento, perdida, atenta, desprevenida quizás, el verano transcurre sin si quiera haber llegado derritiendo el mundo exterior. Por un motivo extraño a pesar de estar rodeada de calor, siento correr una brisa inexistente, que refresca mi piel y me hace pensar en el agua. En una acumulación líquida, bajo la sombra de color denso reflejando vegetación y el sonido perdido de metales. Recuerdos que brotan desde el suelo, como una fumarola, hierven hasta mi cabeza en un burbujeo ahogante. Quisiera pararme, deambular, salir de este lugar. Mas, mi cuerpo se mantiene inmóvil, inerte, sin saber cómo ni donde, respirando, ese aire que no se renueva, que se recicla en mis adentros, endulzándose, espesándolo.

El sabor de mi en tu boca, como poder huir de él. Parte de mi, partes de ti. Mi sabor esparcido sobre tu lengua, salado, dulce, agotado conocido. Flores que brotan de tu vocabulario, soez, derrochante, lamiendo tu vulgaridad. Tómame la mano de nuevo y mátame, no me dejes de lado, húndeme en el agua y refúgiame entre tus piernas.

Es como si fuera de noche, cuando espero ver las estrellas de nuevo, es como si fuera verano, cuando todavía no ha llegado...